Angélica Rivera, esposa del presidente Enrique Peña Nieto, negó que su
marido le haya propinado golpizas que la enviaron al hospital, y atribuye esos
“rumores” a “personas malintencionadas que buscan hacer daño”.
La revista ¡Hola!, que se dedica a entrevistar principalmente a gente del
espectáculo y a ventilar historias etiquetadas como del corazón, despliega a lo
largo de 20 páginas lo que llama un “excepcional e histórico reportaje
exclusivo” con la actriz de telenovelas.
Titulado el escrito “La primera dama, en la intimidad”, la entrevistadora
Maru Ruíz de Icaza, hurga sobre las versiones de violencia en su matrimonio con
Peña:
- ¿Sabes que hay quienes aseguran que hay violencia en tu matrimonio?
– Durante la campaña de mi esposo surgieron muchos rumores que, por
supuesto, no surgen de la gente, sino de personas mal intencionadas que buscan
hacer daño con un propósito. Se dijo, entre otras cosas, que mi esposo me
golpea y que incluso he estado internada en el hospital por las golpizas que me
da. Pero yo te puedo decir que eso no es verdad; que es una gran mentira. Mi
marido es un hombre encantador (…)
– ¿A qué atribuyes este rumor?
– Hay situaciones que pueden provocar envidias a quienes no tienen una
buena relación. Pero es quizá porque no han trabajado para tenerla. Dios me
mandó un hombre maravilloso y unos niños a los que quiero muchísimo (…) A
veces, cuando leo tantos disparates, me pregunto qué puede llevar a algunas
personas a escribir y decir tantas mentiras.
Acerca del mensaje de su hija Paulina en el que calificó de “prole” a los
detractores de su padre dice:
“Estuvo mal, se equivocó, pero se trató de una niña de tan solo catorce
años, enojada porque agredían y agredían a su papá. La gente adulta critica sin
saber el daño que puede causarle a un niño o el miedo que puede provocarle al
grado de no querer salir de su casa. Ella sólo quiso defender a su papá, y los
mayores la criticaron como si fuera un adulto”.
En la entrevista, que se publica en el número 331 con fecha de 1 de mayo
del semanario, se describe así la vida de Rivera con Peña Nieto: “una bonita
historia de amor, una boda inolvidable, tres hijos nuevos de golpe, una familia
numerosa, una agotadora campaña apoyando a su marido en su carrera por la
Presidencia y una nueva residencia. Todo parece tan perfecto”.
También revela el afán de “La Gaviota” por deshacerse de su imagen
telenovelesca: “(Rivera) quiere que la gente la conozca sin dobleces a la
mujer, al ser humano que hay más allá de la actriz, tan conocida por todos,
pero que ya forma parte de su pasado”.
La conversación con Ruiz de Icaza es acompañada por una sesión de
fotografías, realizada en la residencia del matrimonio ubicada en Las Lomas y
en la que se deja retratar con vestidos del diseñador Benito Santos y joyas del
orfebre Daniel Espinosa.
Rivera dice que su estilo de vestir serio y conservador es para que
“volteen a ver a México en el extranjero”.
La entrevista con Rivera ocupa 13 páginas, en las otras siete se despliega
otro texto que se titula “Angélica Rivera en su papel más gratificante” y que
tiene que ver con “una divertida fiesta en Los Pinos” ofrecida a “niños y niñas
de los diferentes DIF estatales”.
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